Retocar nuestros cuerpos: ¿Y si tenemos más empatía hacia los demás?
3.1.22
En los últimos días me he tropezado en las redes sociales con distintas publicaciones de medios de comunicación haciendo referencia a las operaciones de cirugía estética que se habían hecho personalidades famosas del espectáculo.
En algunas de ellas, detallaban con aparente rigor, no sé si acertadamente o no, porque no soy especialista en la materia, las diferentes técnicas empleadas y en otras se mofaban, literalmente, de los resultados obtenidos tras las intervenciones.
Y bueno, yo que soy una persona respetuosa con las decisiones de los demás me apetecía reflexionar acerca de esto, de la poca empatía que derrocha el ser humano a veces. Quizás lo trate en otra ocasión en otro post pero creo que las redes sociales están cada vez más llenas de personas que su objetivo único es destrozar a los demás.
Ya saben que en mi caso, soy las que defienden el paso del tiempo con naturalidad pero jamás me atrevería a cuestionar a quien desee mejorar algún aspecto físico con el que no se sienta a gusto o incluso que le dificulte disfrutar del día a día.
Eso sí lo que siempre recomiendo es que se opte por un centro cualificado y que te ofrezca las mejores garantías. En este tipo de operaciones, aunque sea aparentemente la más sencilla, hay que buscar a buenos profesionales. Creo que aquí no vale lo de low cost porque como dice el refrán “lo barato sale caro”.
Y sobre todo, que tengas muy claro lo que te vas a realizar en tu cuerpo. Es decir, los pros y contra de la medida y del cambio que va a experimentar tu cuerpo. Porque en muchas ocasiones ya no hay marcha atrás y lo que iba a convertirse en tu sueño se puede transformar en una gran pesadilla.
Conozco a alguien cercano, que optó en su día por realizarse una liposucción de muslos porque a pesar de tener un peso adecuado a su estatura y todo eso, tenía unos muslos más grandes que el resto del cuerpo y el roce de los mismos le acarreaban muchas consecuencias. Ahora, está encantada con el resultado porque por fin no se hace daño al caminar. Así quien soy yo ni nadie para cuestionar su decisión.
También es verdad que los tiempos han cambiado y que las mujeres somos libres de tomar nuestras propias decisiones. ¿Por qué vamos a tener que pedir permiso para retocar nuestro cuerpo a nuestro gusto?
Y si la mentalidad de nuestra sociedad ha cambiado también es cierto que la medicina estética ha evolucionado en los últimos año hasta el punto que muchas de la operaciones ya no se realizan con métodos quirúrgicos. Un ejemplo de ello es el uso del láser, una innovación tecnológica que para aquellas como yo que nos da un poco de respeto las operaciones quirúrgicas es toda una alegría.
Bueno para no cansarles más: Nuestro cuerpo nos pertenece y somos nosotras las que decidimos. Y la medicina estética es una opción siempre que se haga con todas las garantías y que estemos convencidas de aquello que queremos retocar.
En algunas de ellas, detallaban con aparente rigor, no sé si acertadamente o no, porque no soy especialista en la materia, las diferentes técnicas empleadas y en otras se mofaban, literalmente, de los resultados obtenidos tras las intervenciones.
Y bueno, yo que soy una persona respetuosa con las decisiones de los demás me apetecía reflexionar acerca de esto, de la poca empatía que derrocha el ser humano a veces. Quizás lo trate en otra ocasión en otro post pero creo que las redes sociales están cada vez más llenas de personas que su objetivo único es destrozar a los demás.
Ya saben que en mi caso, soy las que defienden el paso del tiempo con naturalidad pero jamás me atrevería a cuestionar a quien desee mejorar algún aspecto físico con el que no se sienta a gusto o incluso que le dificulte disfrutar del día a día.
Eso sí lo que siempre recomiendo es que se opte por un centro cualificado y que te ofrezca las mejores garantías. En este tipo de operaciones, aunque sea aparentemente la más sencilla, hay que buscar a buenos profesionales. Creo que aquí no vale lo de low cost porque como dice el refrán “lo barato sale caro”.
Y sobre todo, que tengas muy claro lo que te vas a realizar en tu cuerpo. Es decir, los pros y contra de la medida y del cambio que va a experimentar tu cuerpo. Porque en muchas ocasiones ya no hay marcha atrás y lo que iba a convertirse en tu sueño se puede transformar en una gran pesadilla.
Conozco a alguien cercano, que optó en su día por realizarse una liposucción de muslos porque a pesar de tener un peso adecuado a su estatura y todo eso, tenía unos muslos más grandes que el resto del cuerpo y el roce de los mismos le acarreaban muchas consecuencias. Ahora, está encantada con el resultado porque por fin no se hace daño al caminar. Así quien soy yo ni nadie para cuestionar su decisión.
También es verdad que los tiempos han cambiado y que las mujeres somos libres de tomar nuestras propias decisiones. ¿Por qué vamos a tener que pedir permiso para retocar nuestro cuerpo a nuestro gusto?
Y si la mentalidad de nuestra sociedad ha cambiado también es cierto que la medicina estética ha evolucionado en los últimos año hasta el punto que muchas de la operaciones ya no se realizan con métodos quirúrgicos. Un ejemplo de ello es el uso del láser, una innovación tecnológica que para aquellas como yo que nos da un poco de respeto las operaciones quirúrgicas es toda una alegría.
Bueno para no cansarles más: Nuestro cuerpo nos pertenece y somos nosotras las que decidimos. Y la medicina estética es una opción siempre que se haga con todas las garantías y que estemos convencidas de aquello que queremos retocar.
¡¡ Feliz Año Nuevo !!
Un tema complicado, y quienes somos nosotros para juzgar lo que decide hacer cada persona? O lo que le lleva a tomar esas decisiones? Se puede estar de acuerdo o no...pero no juzgar. Buen post! Saludos!
ResponderEliminarYo creo que una persona que decide operarse por temas de cánones ya tiene bastante con esa presión para que encima se la juzgue. Lo que debemos plantearnos es ir contra esa presión absurda, no contra las personas que son volubles a ella.
ResponderEliminarUn abrazo.